El síndrome del nido vacío es la sensación que tienen los padres de tristeza, anhelo, pérdida y dolor cuando los hijos se independizan del hogar familiar. El síntoma principal es una sensación de tristeza que puede llegar a causar depresión.

En un primer momento podría pensarse que esos sentimientos son totalmente normales tras la marcha de un hijo; el problema surge cuando dichos sentimientos interfieren en la vida diaria de los padres, impidiéndoles llevar a cabo su vida con normalidad.

El síndrome del nido vacío es más frecuente en la actualidad que hace unas décadas, que se debe a que antiguamente las familias vivían en el mismo pueblo o en el mismo barrio, donde permanecían unidos, compartían actividades cotidianas y se veían a diario.

Actualmente es menos frecuente que los hijos residan cerca de sus padres. En caso de vivir en un pueblo, los jóvenes se marchan a estudiar o a vivir a las ciudades, y, en caso de vivir en la ciudad, los hijos buscan barrios que se adecuen a sus necesidades, sin tener en cuenta donde viven sus padres.En terapia se aprenderá a reorganizar la vida y hacer en conjunto un cambio en la forma de vivir el día a día sin los niños. Se aprenderá a valorar más el autocuidado, estar con uno mismo y reencontrarse con la pareja si es que hay.