El vaginismo es una disfunción sexual femenina caracterizada por la contracción involuntaria de los músculos del suelo pélvico que rodean la vagina, provocando el cierre parcial o total de la misma, lo que origina dolor e imposibilidad a la hora de intentar una penetración.

Si bien, la causa en 10% de los pacientes puede ser física, el origen de esta disfunción se debe en la mayor cantidad de los pacientes a causas psicológicas. Entre éstas pueden estar:

  • La ansiedad anticipatoria ante la penetración.-Una educación sexual escasa, restrictiva o carente de rigor, basada en mitos, estereotipos, desinformación sexual, etc.
  • El miedo al coito y/o elembara
  • Haber tenido experiencias sexuales y/o ginecológicas previas negativas.
  • Haber sufrido violación, abusos o agresiones.
  • Padecer de estados depresivos y/o ansiosos.
  • Una autoimagen corporal negativa.
  • La hostilidad hacia la pareja.

Aproximadamente en el 90 % de los casos se trata de vaginismo primario y, por tanto, la pareja no ha podido llegar a la penetración vaginal completa y libre de dolor en ninguna ocasión. Por lo general, las parejas en esta situación suelen acudir a la consulta de un sexólogo cuando desean tener hijos o cuando la imposibilidad de realizar el coito les genera un malestar intenso y un deterioro afectivo importante en la relación.

El vaginismo secundario suele tener como causa diversas dolencias orgánicas que cursan con dolor en el coito (secuelas de intervenciones quirúrgicas, infecciones vaginales, sequedad vaginal en la menopausia…) o una crisis de pareja. La sintomatología aparece tras un periodo de relaciones sexuales en las que se ha realizado un coito sin problemas. Este tipo de vaginismo es mucho menos frecuente que el vaginismo primario.

Tratamiento psicológico y sexológico:

En la actualidad, el tratamiento más eficaz para el vaginismo es la terapia sexual. Se trata de una terapia con altos niveles de éxito que comporta un trabajo individual previo con la paciente con vaginismo seguido de un trabajo conjunto en pareja si es que hay.

En terapia se realiza en primera instancia una anamnesis profunda para conocer a la paciente y buscar un posible origen de esta dificultad. A continuación, se suele trabajar desdramatizando y desculpabilizando a la paciente y a su pareja.

A continuación, se llevan a cabo técnicas de relajación, ejercicios de Kegel, trabajo de pensamientos asociados al dolor y la penetración, educación sexual sobre el cuerpo y la desgenitalización de las relaciones.

En general el vaginismo tiene un buen pronóstico. Sin embargo, es importante asistir a un especialista en sexología que guíe y acompañe a la pareja en este proceso y en la resolución del problema, ya que un tratamiento no consiste exclusivamente en aplicar paso a paso una técnica sino en integrar esta técnica en un marco de estrategias sexológicas eficaces y efectivas para cada caso particular.