La crisis de pánico forma parte del grupo de los trastornos de tipo ansioso y se caracteriza por una sensación de intenso temor, por ejemplo, a una muerte inminente, un ataque cardíaco, la pérdida del control psicológico o de tener un desmayo. Esto se acompaña de manifestaciones físicas que pueden ser muy intensas. Lo habitual es que no exista ningún peligro ni riesgo identificable.

Con respecto a los síntomas más frecuentes, destacan los siguientes:

  • Sensación de peligro y temor
  • Taquicardia
  • Sudoración y temblor del cuerpo
  • Náuseas y mareos
  • Sensación intensa de poder desmayarse
  • Opresión en la garganta
  • Dolor de cabeza y de pecho
  • Diversas molestias digestivas
  • Sentimientos de desconexión
  • Debilidad muscular
  • Temblor de extremidades
  • Visión borrosa

Esta enfermedad es más común entre los 20 y 40 años, y en mujeres. Con relación a las causas que la producen, destaca la genética, una mala respuesta al estrés y disfunciones en los circuitos cerebrales relacionados con la ansiedad.

Tratamiento psicológico:

Existen dos tipos de intervenciones particularmente eficaces:

a)Terapia cognitivo-conductual

b)Exposición en vivo y la autoexposición en vivo (componente básico)

La terapia cognitivo-conductual suele incluir:

  • Información al paciente sobre la naturaleza de la ansiedad en general y del pánico en particular: mecanismos básicos, funcionalidad y disfuncionalidad, explicación sobre los síntomas y su alcance, relaciones entre pensamiento, emoción y acción.
  • Técnicas de respiración: la respiración controlada puede ser útil para reducir la sobreactivación psicológica y para, prevenir o controlar la hiperventilación en los casos en que se da hiperventilación o que presentan dolor u opresión en el pecho al tender a respirar torácicamente.
  • Técnicas cognitivas: reestructuración de creencias distorsionadas e interpretaciones catastróficas, control pensamientos automáticos, regulación de expectativas que se auto-cumplen, etc.
  • Entrenamiento en aserción: facilita la expresión adecuada y la aceptación de las emociones.
  • Técnicas de relajación: se ha mostrado de utilidad conjuntamente con la

Exposición en vivo.

  • Exposición interoceptiva: Exposición a sensaciones temidas para facilitar la habituación, el control de los síntomas y la pérdida del miedo al miedo. Es más aceptada por los pacientes con una alta ansiedad en la exposición.
  • Retroalimentación y reforzamiento social. La retroalimentación ofrecida por el terapeuta parece ser un factor muy importante en la exposición en vivo. Menos importante pero útil, es el reforzamiento dado por el terapeuta.
  • Materiales de autoayuda como complemento de la terapia.

Exposición en vivoLa exposición en vivo implica que el paciente se exponga en la vida real y de un modo sistemático y progresivo a las situaciones que teme y evita.

Existen tres tipos de exposiciones:

  • Exposición prolongada con la asistencia del terapeuta se afrontan las situaciones temidas de manera gradual, permaneciendo en las mismas hasta que la ansiedad se reduce significativamente.
  • Exposición autocontrolada más autoobservación tras 2-5 sesiones con el terapeuta el paciente afronta las situaciones temidas sólo, con permiso de escape temporal en caso de ponerse excesivamente ansioso, siempre y cuando se registre el tiempo pasado fuera de la exposición y luego vuelva a ella.
  • Práctica programada exposición prolongada y graduada pero con asistencia de un familiar o amigo que realizaría las pautas del terapeuta. Tanto el paciente como el acompañante llevan un manual de autoayuda.